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Ayuno del 9 del mes de Av

NUEVE DE AV- TISHÁ BE AV


Entre las Lamentaciones que se pronuncian en el Ayuno del 9 de Av encontramos algunas que no están relacionados directamente con la destrucción del Templo Sagrado, por ejemplo "Arzei Ha-Lebanón", la cual relata el asesinato de los Diez Mártires. En otras encontramos la destrucción de comunidades europeas en el año 4856. Aprendemos que, si bien se fijó el 9 de Av como día de luto porque se destruyó el Primer y Segundo Templo Sagrado, también en este día guardamos las leyes de duelo también por los demás sufrimientos y persecuciones que padeció nuestro pueblo a lo largo del presente amargo exilio en el que nos encontramos.


No obstante, el principal motivo del duelo, no ha de ser por nuestros sufrimientos, sino por el sufrimiento que padece la Presencia Divina, la cual también se encuentra en el exilio. Como está escrito (Salmos 91): "Estaré con él en momentos de aprieto", y si se pudiese decir, la Presencia Divina sufre y llora por nuestros sufrimientos. (Véase Tratado de Berajot 3a). Nos angustiamos por el Ocultamiento Divino, la falta de verdad y el desprestigio a la Torá. Los malvados tienen éxito y ocasionan sufrimientos a los observantes de la Torá. A quien se fortifica en el cumplimiento de la Torá, lo consideran como si hubiese salido de sus cabales. El Templo Sagrado está destruido, extraños caminan sobre él. Nuestro perjuicio espiritual es muy grande, perdimos nuestro apegamiento a D'.


En el libro "Ketav Sofer" se explica el motivo de que se fijó comer una comida previo al rezo de Minjá, en la víspera del 9 de Av y después del rezo, es para mostrar que no nos acongojamos por asuntos materiales, sino por nuestra carencia espiritual.


Leemos en el Tratado de Taanit (29a): "El siete de Av entraron no judíos al Heijál, comieron…en el séptimo y octavo día. En el noveno próximo a la puesta del sol encendieron el fuego, el cual estuvo encendido todo el día… y a esto dijo Rabí Iojanán: si hubiese estado en esa generación, no lo hubiese fijado el ayuno sino en el día décimo, porque en ese día fue quemada la mayor parte del Heijál. Los Sabios lo decretaron en el día noveno, porque es más severo el momento que empezó el castigo.

Podemos explicar que los Sabios lo fijaron en el noveno día, porque nos duele que D' haya decidido alejarse de nosotros.


Los castigos que recibe el pueblo de Israel después de la destrucción del Templo Sagrado no son comunes. D' modificó la naturaleza de la Tierra de Israel. El rocío no desciende para bendición. Los frutos que crecen en ella perdieron su gusto, como enseñan nuestros Sabios en el Tratado de Sotá (48a). Véase lo que hemos explicado en el capítulo "El Holocausto".


Está escrito (Isaías 1:2): "Escuchen los cielos y escucha la tierra, porque ha hablado El Eterno: "Hijos engendré y enaltecí, y ellos se rebelaron contra Mí". D' enalteció al pueblo de Israel de entre todos los pueblos, como vemos que los judíos tienen éxito en todo lo que emprenden. El porcentaje de doctores, científicos, economistas, abogados, acaudalados, etc. que pertenecen al pueblo judío superan al de otros pueblos. El problema es que generalmente no usamos correctamente la bendición Divina y no utilizamos nuestras fuerzas como corresponde, sino las desperdiciamos yendo en pos de los asuntos mundanos y transgrediendo Su Voluntad. A esto alude el versículo antedicho, engrandecí y enaltecí a Israel, sin embargo, con su fuerza se rebelaron contra mí.


Está escrito en el Tratado de Iomá (9b): ¿Por qué se destruyó el Primer Templo Sagrado? Por tres cosas: idolatría, adulterio y derramamiento de sangre. Y el Segundo Templo Sagrado, ¿por qué se destruyó, considerando que se dedicaban al estudio de la Torá y hacían actos de bondad? Porque en su interior anidaba el odio vano. Aprendemos que se equipara el odio vano a aquellas tres transgresiones: idolatría, adulterio y derramamiento de sangre.


Acerca de los motivos de la destrucción del Primer Templo Sagrado, preguntaron los Comentaristas Rishonim que en el Tratado de Baba Metzía (85b) figura otra cosa, a saber que no bendecían por el estudio de la Torá.

El Ran responde esta pregunta de la siguiente manera: si bien el Templo Sagrado se destruyó por aquellas tres transgresiones, la razón por la cual llegaron a esas transgresiones fue porque subestimaban las enseñanzas de la Torá.


La causa de la destrucción del Segundo Templo, fue el odio vano. Es decir, que se odiaban sin motivo y entablaban rencillas constantes.

Leemos en el Tratado de Shabat (119b) que uno de los motivos de la destrucción de Jerusalén fue porque despreciaban a los estudiantes de la Torá. Es lúgubre que actualmente hayan quienes se consideren a sí mismos inteligentes y hablan en contra de los Sabios de la Mishná y del Talmud. Hace algunos años, alguien editó libros en los cuales difundió sus ideas contrarias a la Torá y con descaro criticó a los Sabios, cuando ellos podían resucitar muertos.


En cierta ocasión, un disertante llegó a la ciudad de Brisk, pero tenía una ideología falsa, contraria a la Torá. El Rabino Principal, Rabí Jaim Soloveichick prohibió concurrir a sus disertaciones. Algunos se dirigieron al Rabino para decirle que en sus disertaciones no difunde sus ideas, sino se limita a enseñar palabras de Torá. Les dijo el Rabino que si bien la carne es apta según la ley, la olla con la cual la cocinan no es apta, es decir, está prohibido escuchar aun palabras de Torá de quien tiene ideas falsas.

Hemos de llorar amargamente por el desprecio a la Torá. El autor del libro "Nodá Be-Iehudá" lloraba amargamente todo el día del nueve de Av por este motivo y se tranquilizaba por las graves consecuencias que tuvo la destrucción del Templo Sagrado. También nosotros hemos de intentar sentir y lamentarnos amargamente por esto. Cabe aclarar, que la finalidad del luto no es deprimirnos, sino fortalecer la creencia en D', entender que D' Supervisa a todo el mundo y depositar nuestra confianza solamente en Él.


Todos los sufrimientos que padecemos tienen la finalidad de que entendamos que sólo hemos de depositar nuestra fe en Él, como se enseña al final del Tratado de Sotá. Hemos de entender que nuestra salvación no vendrá del ejército, ni de nuestro armamento ni de la situación económica, sino sólo de D' por medio del estudio de la Torá, de los rezos y actos de beneficencia. Si no lo comprendemos, estamos expuestos, D' no lo permita, a ser castigados por Los Cielos.


La ciudad de Jerusalén está destruida aunque actualmente haya judíos que la habitan. Jerusalén no es como Londres o Nueva York, en el sagrado Zohar se explica que en épocas en las cuales el Templo Sagrado está construido, también la ciudad espiritual "Jerusalén de las Alturas" reposa en la ciudad de Jerusalén, así como el alma reposa sobre un cuerpo. Actualmente que está destruida se compara a un cuerpo sin alma.

¿Cómo se percibe "Jerusalén de las Alturas"?

Tosafot responde que cuando existía el Templo Sagrado cada persona que visitaba Jerusalén fortalecía su temor a Los Cielos, la espiritualidad que abundaba en su aire, influenciaba a todo quien estaba allí.

Es lamentable que en la actualidad haya quienes profanen allí al Shabat y la falta de recato reinante en Jerusalén.

Pero, D' no nos abandona y existen Casas de Estudio de la Torá en Jerusalén y en otras ciudades, son como un Pequeño Santuario. También las sinagogas y Casas de Estudio fuera de la Tierra de Israel son lugares sagrados y en la Época Mesiánica se establecerán en la Tierra de Israel, como se enseña en el -tratado de Meguilá (29a).

No sólo las sinagogas se consideran como un Pequeño Santuario, sino que cada hogar judío, en el cual se observa los preceptos de la Torá también así se lo considera. Toda familia observante de las leyes de la Torá, que hace actos de beneficencia, contribuye a la construcción del Templo Sagrado. Porque allí encuentra la Presencia Divina un lugar para reposar, siempre y cuando se conduzcan con santidad.


En las Dieciocho Bendiciones decimos: "Bendito eres Tú, D' que construye a Jerusalén". Se utiliza el tiempo presente porque desde la destrucción del Segundo Templo, nuestro Padre Misericordioso empezó la construcción del Tercer y definitivo Templo. Aquellos que observan la Torá colaboran en su construcción. Cada uno en su sinagoga, en su comunidad aporta para su construcción. Particularmente, respetando la santidad de las sinagogas y de las Casas de Estudio ameritaremos a ver pronto su construcción.


Para culminar el presente capítulo citaremos la enseñanza de nuestros Sabios en el Tratado de Taanit (30b): "Todo aquél que se enluta por Jerusalén tendrá el mérito de verla en su alegría". Todo quien reflexione acerca de nuestro bajo nivel espiritual desde que se destruyó el Templo Sagrado y sufre por el sufrimiento de la Presencia Divina, ameritará a ver cuando termine tal carencia, cuando se construya el Templo Sagrado. Leemos en Lamentaciones (1:1): "Fue como una viuda", nuestros Sabios explican "como una viuda, pero no una viuda propiamente dicha, sino como una mujer cuyo marido se fue a otra ciudad y en el futuro regresará a ella". ¡Qué sea Su Voluntad que pronto ameritemos a ver Su regreso, pronto en nuestros días, Amén!




 
 
 

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