La medicina en el judaísmo
- ZG Libros de Judaismo
- 14 jul 2023
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Del libro Rabí Elazar Shaj: su legado y su visión
Capítulo IV Medicina El judío debe apelar a curarse con el auxilio de médicos y no apoyarse en milagros. En lo posible,hay que consultar a los médicosmás especialistas. * Las "razones del corazón" suelen conducir al ser humano a cometer errores. Ello rige tanto acerca de los asuntos espirituales, como está escrito (Génesis 8:22): "la pasión hu- mana es mala ya desde la infancia", como en cuestiones de salud. La persona cree estar sana, pero muy frecuentemente, se equivoca. * Cierto médico comentó que uno de sus pacientesya no tenía cura. El Rabino le regañó: El médico tiene autorización Celestial para curar, pero no para desahuciar. Eso está en manos de Dios Todopoderoso. * Para tratar problemas psíquicos, no hay que consultar a psicólogos o psiquiatras laicos, sino a uno observante de la Torá, aunque no sea tan especialista, porque con el médico laico se corre el riesgo de ser influenciado a transgredir prohibiciones de la Torá. ¡La curación le pertenece a Dios! Quien relate a un médico lo que diagnosticó su colega, a fin de ayudar al segundo a tratar al paciente, no estará trasgrediendo la prohibición de maledicencia -lashón hará-, particularmente, si no menciona el nombre del primero. * A una mujer embarazada le recomendaron adelantar la fecha fijadapara la operación de cesárea, para ahorrarle portar al feto hasta el final del embarazo. Le dijo: Si no hay peligro, ni para la madre ni para el feto, nadie está autorizado a acor- tar el tiempo en que el ente celestial le enseña Torá en el vientre materno. *
Si cierto médico trató exitosamente -Dios mediante- la dolencia de uno de sus pacien- tes, no le conviene a éste cambiar de médico sin razón justificada. Ello se aprende del Tratado de Avodá Zará (folio 55a): "Cuando desde los Cielos le es decretado a una persona que ha de padecer sufrimien- tos, se les hace jurar -a los sufrimientos- que no acaecerán sino en tal fecha prefijada ni se retirarán sino en tal otra fecha prefijada, a tal hora, por acto del médico Fulano y por medio de tal medicamento, etc.; como lo infiere Rabí Iojanán de lo que está escrito(Deu- teronomio 28:59): "enfermedades malignas y fieles": Son "malignas", porquelas delegan para hacer sufrir y son"fieles"porque cumplencon el juramento de retirarseen el instante que les fue fijado. * A padres de un recién nacido débil, que dudaban si convenía circuncidarlo en el octavo día, como corresponde en principio, les recomendaba no confiar en la opinión médica. Realmente, cuandohay dudas, es preferible postergar la circuncisión. El Rambam dictamina (Leyesde circuncisión, al final del Cap. 1): No se ha de circunci- dar sino a un recién nacido que no padezcaninguna enfermedad, puesto que, ante peligro de vida, todo es desplazado. Se puede circuncidar con retraso, pero jamás se podrá regre- sar una vida judía.(Véase Shulján Aruj,Ioré Deá Simán263, Preguntas y Respuestas del Jatam Sofer). * Le preguntaron si circuncidar a un recién nacido que había nacido con bajo peso. El circuncidador opinaba si bien el peso estaba demasiado bajo, de todas maneras, el bebé estaba sano y sobrellevaría con facilidad la circuncisión. Respondió: Efectivamente, tal era la postura del Jazón Ish -que la circuncisión no de- pende del peso del recién nacido sino de su estado de salud-. Sin embargo, en los últimos tiempos, se ha dejado de circuncidar recién nacidos con peso bajo. La opinión personal del Rabino era no circuncidarlo y ni siquiera consultar al médico al respecto. *
Una vez fue honrado con padrinazgo -sandak-. El reciénnacido sangró demasiado despuésde la circuncisión. Uno de los presentesinformó al Rabino que el circuncidador era un hombre muy recto y temeroso de Dios. Le replicó: "Lo fundamental en un circuncidador recto y temeroso de Dios, es que sepa circuncidar". * A un enfermo que padecía un mal letal, los médicos le proponían realizar cierto trata- miento sumamente doloroso y con bajas probabilidades de éxito, que quizá podría pro- longar un poco sus días. El Rabino recomendó que se sometieraa dicho tratamiento porque todo tiempo que uno está con vida puede cumplir preceptos y arrepentirse. * Se opuso a que las jóvenes estudiaran para ser enfermeras, ni siquiera en una institu- ción observante de la Torá. Porque es una profesión cuya práctica las somete a riesgos no recatados para la mujer judía: -Tienen que estar mucho tiempo a solas con el médico. -Tienen que atender a hombres. -El programade estudios incluyetemas escabrosos. -Quizás deberátrabajar en un hospital público,lo cual es sumamente peligrosopara la forma de conducta de una mujer observante. -No toda egresada puede solicitar trabajar en la sección de parturientas. -No valoraráa su marido que estudiaTorá porque ella también "tiene estudios". -El trabajoen guardias dificultaa una casada ocuparse de los quehaceres domésticos. *
Le preguntaron acerca de una mujerenferma que se negaba a someterse al tratamiento que le habían prescrito los médicos. Aconsejó: Explíquenle cuán preciada es la vida. * Un padre le preguntóacerca de que su hijo que estabamuy gravemente enfermoy cier- to insignerabino le había prescrito que interrumpiera los tratamientos, prometiéndole que habría de sanar sin ninguna terapia. Respondió: La Torá dictaminaque se debe seguir los tratamientos. Está escrito (Éxodo 21:19): "ciertamente curará", de donde se aprende que debemos acatar la opinión médica. ¡El Jafetz Jaim, nunca aconsejó algo semejante! * Cuando le comentaron acerca de alguien que proveía "agua bendita secreta" y otros sortilegios eficaces para curar enfermedades graves, no lo creyó en absoluto. Preguntó: Si realmente ese sujeto sabe aconsejar y tiene experiencia para curar la "en- fermedad", podría difundirsu éxito por todo el mundo, curar a miles de enfermosy enri- quecerse. ¿Por qué actúa en secreto, sin publicitarse? * Le consultaron acerca de uno de los más célebres rabinos de Estados Unidos, quien estaba gravemente enfermo. Sus allegados dudaban si acatar la opinión de médicos que trataban en base a la medi- cina convencional o la opinión de médicos que trataban en base a medicina alternativa. Era impracticable realizar ambos tratamientos. El Rabino les propuso que formularan esa consulta ante uno de los más prominentes rabinos de la generación. Así hicieron, pero aquel se negó a responder. Retornaron ante el Rabino, quien entonces se pronunció: Si él no contestó, seré yo, entonces quien responda.
Les preguntó: ¿Cómo se dictaminaría si un médico convencional dice que en Shabat no se permite realizar para un enfermo una labor prohibida por la Torá y un médico de medicina alternativa dice que está permitido, o viceversa? O bien, ¿cómo se dictaminaría si un médico convencional le prescribe a un enfermo que ayuneen el Día del Perdóny un médico de medicinaalternativa le prescribe que no ayune? No me cabe duda de que por Ley de la Torá se debe seguir la opinión de la medicina convencional y no la opinión de la medicina alternativa. * En cuanto a la costumbre judíade cambiar el nombre del enfermo, aconsejaba no aguar- dar hasta que esté ya demasiado grave, lo cual se asemeja a un rezo en vano, sino que es preferible efectuar el cambio cuando todavía hay esperanzas naturales de que se cure. * En cierta oportunidad, aconsejó efectuarle a un enfermo el cambio el nombre y agre- garle el nombre "Rafael". * A quienes sospechan que les han hecho mal de ojo, le permitió acudir a quienes están autorizados a pronunciar el conjuro contra el mal de ojo. * Alguien le preguntó si podía donar un riñón para su madre. Le respondió que si hay otra manera de curarla no ha de donarlo. Indudablemente, si le hubiesen preguntado al Jafetz Jaim habría respondido que no done, puesto que nadie es el dueño de su propio cuerpo. Si Dios creó a la persona con dos riñones, es evidente que se requieren ambos. *
Una pareja que tras varios años de casados no tenía hijos, pronunciaron el voto de que si Dios se apiadara y los bendijeracon simiente, ofrecerían un banquete de agradecimiento. Al tiempo les nació una hija y se dispusieron a cumplir el voto, pero unos familiares los intimidaron alegando que era preferible abstenerse, a fin de evitar daño de mal de ojo. El Rabino los alentóaduciendo que a nuestro Patriarca Abraham le había nacido un hijo a los cien años de edad y no se abstuvo de ofrecer un banquete cuando el pequeño dejó de mamar. Vemos que no temía al mal de ojo. Lo contrario es lo adecuado: Que hagan un banquete para cumplir la promesa de agra- decer a Dios públicamente. * Para recuperarse de cierta intervención quirúrgica, salía diariamente a caminar, como le prescribió el médico. Uno de sus vecinos, al verlo pasar le contó que durante esa semana en que el Rabino se habíaausentado, acaecieron variospercances en el edificio, a saber: una de las vecinas abortó, otra tropezó y se quebró la cadera. Consecuentemente, el consorcio decidió revi- sar la Mezuzá. El Rabino los desahució con un ademan de desdén, insinuando que no había ninguna relación entre lo sucedido y la validez de la Mezuzá. Siguió caminando sin interesarse si realmente la Mezuzá era válida o no. Citó las palabras del Rambam (Leyes de Sefer Torá): "Se acostumbra a escribir el Nombre Divino Sha-day en la faz externa del pergamino, en paralelo al espacio que hay entre una sección y otra del texto, lo cual no presenta ningún inconveniente puesto que está escrito en la faz externa. Pero quienes escriben en la faz interna, nombres de entes celestiales, Nombres Sagrados, versículos o sellos, están incluidos entre aquellos que no tendrán parte en el MundoVenidero. Porque esos tontos no solo anulanel cumplimiento del precepto, sino que suponen que este precioso precepto -que entraña la fe en la Uni- cidad del Nombre de Dios, su amor y su servicio- no es más que un mero amuleto para beneficio propio, etc." El Késef Mishné dictamina que cuando se la instala en la jamba de la puerta, no hay que poner intención en que cuide la casa, sino que la intención debe ser la de cumplir el precepto que Dios nos ordena, aunque sabemos que realmente la casa resultará cuidada. *
Una persona a quienel Rabino habíaaconsejado que viajarafuera de la Tierra de Israel para realizar una intervención quirúrgica delicada, se afligíasumamente porque su situa- ción económica no se lo permitía.
Le dijo: Todo lo que hacemos en aras de la salud, es porque la Torá ordena que nos esforcemos, pero realmente el Único que cura es Dios.
Si no estás en condiciones de hacer ese "esfuerzo" de viajar, estásexento de tal "esfuer- zo" y Dios te ayudará aquí, aunque no viajes.
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