Capítulo del libro El Arte de Educar
- Zalman Grunman ZG Libros de Judaísmo
- 10 jul 2023
- 4 Min. de lectura
LA TEFILÁ DE LOS PADRES
Eleva a Él tus manos por el alma de tus niños desvanecidos por el hambre en las calles (Lamentaciones 2:19): De aquí aprendemos que la persona debe pedir misericordia sobre sí mismo, por su esposa, por sus hijos y por sus familiares, que no se vea ninguno de ellos expuestos a una situación indigna (Tana Debe Eliahu Cap. 21:1).
Similarmente leemos en el Talmud: ¿Por qué los estudiosos de la Torá no consiguen que los hijos sean también estudiosos? Ravina dijo: "Porque no bendicen a la Torá al principio" (Tratado de Nedarim 81a).
Rashi explica: "ellos son meticulosos en el estudio de la Torá, pero no son cautelosos de bendecir cuando empiezan (a estudiar) y no recae en ellos la bendición de "Seremos nosotros y nuestros descendientes estudiosos de la Torá". (V. allí otras razones).
De aquí aprendemos, si bien merecerían hijos eruditos, no lo consiguen por no rezar por ello.
Hay quienes prohíben completamente castigar a los niños, sino que siempre se los debe loar y apoyar. Rabí Lipe z"l aclaró que esta posición es errónea y se requiere una gran Ayuda Celestial para saber cómo conducirse en cada circunstancia. Es decir, cuándo alcanza con una breve observación y cuándo se debe ser más severo. Lamentablemente, hay quienes se conducen invariablemente a la inversa. Por lo tanto, es indispensable orar a D', siendo ésta la clave fundamental para tener éxito en la educación de los hijos.
En cierta oportunidad, un maestro le preguntó a Rabí Lipe cómo conducirse en determinada circunstancia. Le respondió: "Carezco de una solución a tu problema, solo resta pedir la Ayuda Celestial".
En cierta oportunidad Rabí Lipe zt"l relató:
Conocí una familia cuyos hijos eran célebres estudiosos de la Torá. En una ocasión le interrogué al padre cómo lo había logrado. Me respondió: "Cuando mi hijo primogénito estudiaba en el Jeder (Jardín), le pregunté al maestro cómo le iba en los estudios. Me respondió: "El cerebro de su hijo está completamente cerrado, no comprende absolutamente nada". Al escuchar su opinión, decidí ayunar e implorar a D' que ayudase a mi hijo. Al final, aunque todos los compañeros de la clase se alejaron del cumplimiento de la Torá, mi hijo gracias a D' se fortificó y se aferró a la educación observante".
Encontramos en varios pasajes del Talmud que nuestros Sabios z"l ayunaban a fin de que los hijos tuviesen éxito en el estudio (V. Tratado de Baba Metzía 85a). Rabí Akiva ayunó cuarenta días para que D' le "abriese la cabeza" al hijo de cierto recaudador de impuestos.
Conviene rezar por el éxito de los hijos incluso antes que nazcan. Así enseñan en Pirkei Avot (2:11) que Rabí Iojanán ben Zacai alababa a la madre de Rabí Iehoshúa ben Janania, por cuyo mérito su hijo fue un erudito de la Torá. Rabí Ovadia de Bartenura explica: "Cuando estaba embarazada iba a todos las Casas de Estudio de su ciudad solicitando que implorasen para que el niño fuera un erudito".
También la Mishná Berurá dictamina (47:10) que los padres tienen la obligación de rezar continuamente para que los hijos sean estudiosos de la Torá, justos y tengan caracteres positivos. Asimismo, han de concentrarse en aquellas partes del rezo designadas para la oración por los hijos e implorar con objeto de que sean estudiosos de la Torá. Por ejemplo, al pronunciar los rezos matutinos de "Ahavá Rabá" (o "Ahavat Olam"), al decir las bendiciones de la Torá y al pronunciar "Uvá Letzión".
También enseña (122:8) en nombre del "Jayei Adam": Es correcto rezar cada día para que la Torá no se aparte de su boca, ni de la de sus descendientes, ni de la de los descendientes de sus descendientes, que su simiente cumpla la Voluntad Divina íntegramente y ninguno se desvíe de la educación religiosa. Quien no sabe rezar en hebreo, orará en su idioma, lo principal es orar desde las profundidades del corazón.
El Jazón Ish zt"l (Kovetz Iguerot Parte 1:74) redacta una plegaria que la madre ha de orar por su hijo: "Sea Tú Voluntad, Señor, mi D' y D' de mis patriarcas, que te apiades de mi hijo Fulano hijo de Fulana y dirijas su corazón a que ame y tema Tu Nombre, se dedique al estudio de Tu sagrada Torá, le quites todos los obstáculos para aprenderla y le suministres todos las posibilidades para estudiarla. Pues, Tú oyes las plegarias de Tu Pueblo Israel con misericordia. Bendito eres Tú D' que oyes la plegaria".
En cierta ocasión un padre solicitó al Rabí de Brisk zt"l que bendijese a su hijo. El Rabí le dijo: "Según cuántas lágrimas derrame la madre, será el temor a D' del hijo".
Rabí Lipe zt"l enseñó que es apropiado rezar para solucionar todo inconveniente que se les presente a los hijos. Como enseñó el Jazón Ish zt"l: "Quien reza e intensifica en súplicas actúa más que quien se esfuerza" (Orjot Ish cap. 3:22).
Además de las plegarias, es necesario enseñar a los hijos a rezar correctamente y pronunciar con propiedad.
En el Talmud Torá "Kamenitz" había un breve recreo entre Minjá y el comienzo de la clase de Escritura. Los alumnos salían rápidamente a fin de gozar más tiempo del recreo. Rabí Lipe fijó una breve lección de Ética -Musar- previa a la culminación del rezo, a fin de que no se asemejasen a "un niño que se escapa del colegio".
Si bien, normalmente los padres se enorgullecen al contar las virtudes de los hijos, por ejemplo, su éxito en los estudios, etc., cuando Jana (la madre del profeta Samuel) le suplicó a D' tener hijos, solicitó que no fuese ni alto ni bajo, ni flaco ni obeso, ni muy inteligente ni tonto, para que no fuera admirado por las personas, hablasen de él y lo dañasen con el mal de ojo.
Un padre lloraba delante de un Admor -Líder jasídico- por el fracaso en la educación de su hijo, quien no rezaba correctamente, si bien lo reprendía y retaba por hablar en la mitad de la Tefilá, los intentos eran vanos. El Admor le contestó: "Estás equivocado. Tu educación dará excelentes frutos y cuando él sea padre, educará a su hijo del mismo modo, es decir, gritándole que deje de hablar en la mitad de la Tefilá. Sin embargo, si tú le das el ejemplo de cómo rezar correctamente, también él rezará con seriedad".

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