El Shabat y el judaísmo
- Zalman Grunman ZG Libros de Judaísmo
- 11 jul 2023
- 9 Min. de lectura
Del libro Vivir como Judío
https://www.zglibrosdejudaismo.com/product-page/vivir-como-jud%C3%ADo
CAPÍTULO 16
SHABAT
El Shabat es el emblema del Pacto entre D' y el pueblo de Israel, como está escrito (Éxodo 31:17): "El Eterno le habló a Moshé, diciendo: «Y tu háblales a los Hijos de Israel, diciendo: Sin embargo, debéis observar Mis días de Shabat, pues es la señal entre Mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy El Eterno, Quien os santifica. Observaréis el Shabat, pues es sagrado para vosotros; los que lo profanen ciertamente morirán porque el que haga en él labor, esa alma será truncada del seno de su pueblo. Durante seis días podrán realizarse labores y el séptimo día es día de absoluto descanso, es sagrado para El Eterno; todo aquel que haga trabajo el día de Shabat ciertamente será muerto. Los Hijos de Israel observarán el Shabat, para hacer al Shabat pacto eterno por sus generaciones. Entre Mí y los Hijos de Israel es señal eterna, porque El Eterno hizo el cielo y la tierra en seis días, y el séptimo día cesó y descansó».
A pesar de ser el séptimo y último, es el día más importante de la semana. Esto también se refleja en el hecho que en hebreo los demás días de la semana no tienen nombre propio, sino que, se denominan en relación al Shabat[1]. Además, al día de Shabat también se lo denomina "semana -shavúa-", para indicar que lo fundamental en el ciclo semanal es descansar en el séptimo día y no realizar ninguna de las labores prohibidas -melajá-.
Existen tres asuntos principales que se manifiestan en el cumplimiento del Shabat.
1) Recuerdo de la Creación del Mundo, respetando el Shabat atestiguamos que: "… El Eterno hizo el cielo y la tierra en seis días, y en el séptimo día cesó y descansó". Absteniéndonos de toda actividad creativa, atestiguamos que D' creó a toda la Creación. Hay quienes equivocadamente suponen que Shabat es un día feriado, como el domingo para los gentiles. Pero realmente el descanso prescripto en la Torá no atañe en particular a faenas trajinosas. Quien carga en el dominio público un pañuelo, está profanando al Shabat así como quien carga allí bolsas de cemento.
2) Quien respeta Shabat demuestra que tiene confianza en D'. Tiene claro que es D' Quien hace que uno tenga éxito en sus negocios y por consiguiente durante veinticuatro horas no precisa en absoluto preocuparse por su trabajo, cumpliendo así Su Voluntad. Para el raciocinio humano, observar Shabat absteniéndose de trabajar y de procurar el sustento por un día entero, parece ser un considerable desperdicio de tiempo. Sin embargo, lo cierto es que quien interrumpe sus labores, demuestra que no se apoya en su esfuerzo por conseguir su sustento, sino que, deposita su confianza en D', que ordenó cumplir Shabat, a sabiendas de que cesar sus faenas no le ocasionará ninguna pérdida, sino que al contrario, tendrá éxito por cumplir Su Voluntad.
3) El Shabat es el día en que no se trabaja, para que todos puedan dedicarse al servicio Divino. Abandonamos los asuntos terrenales y nos concentramos en la espiritualidad. Esto se compara a la vida en el Mundo Venidero, en el cual no hay preocupaciones mundanas, sino que las almas se ocupan en asuntos celestiales. Análogamente, sucede con el Shabat, se deja de lado todo sufrimiento y preocupación terrenal para aplicarse a la elevación del nivel espiritual. Es como si en Shabat se estuviera habitando otro mundo, un mundo puro y eterno.
Estos tres asuntos se mencionan en los rezos de Shabat. En el rezo del viernes de noche -LeilShabat- declaramos que el Shabat es: "el propósito de la Creación de los cielos y de la tierra…en el cual D' reposó de toda labor", es decir, el motivo del reposo es que atestigüemos acerca de la Creación cuyo propósito es que todo ser humano agradezca a D'. En el rezo matutino pronunciamos: "Y no lo entregó D' a los demás pueblos… todos se saciarán de Tu Bondad", es decir, se trata de un día especial entregado al Pueblo de Israel, por medio de cuyo cumplimiento gozamos de Su Bondad.
El tercer asunto es mencionado en el rezo vespertino -Minjá- "un día de santidad y de descanso, has dado a Tu Pueblo", es decir, el propósito del descanso es lograr la santidad, para dedicarlo a asuntos espirituales y para desconectarnos de los asuntos mundanos.
En Shabat no sólo recordamos la Creación del mundo sino que también rememoramos la Salida de Egipto. En este día nos abstenemos de hacer labores para revivir la liberación de la esclavitud en Egipto, que tuvo por objetivo hacernos acreedores a la sumisión al Yugo Celestial en la Recepción de la Torá al llegar al Monte Sinaí. Puesto que el propósito del Éxodo de Egipto fue la aceptación del Yugo Celestial, dedicamos al máximo posible este día a asuntos espirituales. Ciertamente, la rememoración de la Salida de Egipto se relaciona con la rememoración de la Creación del mundo, puesto que, el propósito de la Creación del mundo es servir a D' y difundir Su Reinado y estos propósitos se materializaron en la Salida de Egipto.
La profusión de milagros que presenciamos en aquel entonces, reveló la Unicidad de D'. Liberándonos de la esclavitud, nos adquirió para que seamos Sus esclavos. Aprendemos de aquí que la Salida de Egipto completó el propósito de la creación.
En dos pasajes de la Torá están escritos los Diez Mandamientos. Pero según la tradición, en la Parashat Itró figura el texto grabado en las Primeras Tablas de la Ley, mientras que en la Parashat Vaetjanán figura el texto grabado en las Segundas Tablas. Si bien, ambos pasajes mencionan el precepto de Shabat, hay entre ambos varias diferencias: por ejemplo, en la Parashat Itró está escrito: "Recuerda al día de Shabat", mientras que en la Parashá Vaetjanán está escrito: "Cuida al día de Shabat para santificarlo".
En el Tratado de Rosh Hashaná (27a) está escrito que ambos Mandamientos fueron enunciados y oídos a unísono, para enseñarnos que "recordar" se refiere a los preceptos positivos, es decir, santificar al Shabat y ocuparse de asuntos espirituales. Mientras que "cuidar", alude a las prohibiciones, abstenerse de realizar trabajos prohibidos. Ambos están relacionados, porque uno de los motivos del abstenerse de efectuar trabajos es para ocuparse de asuntos espirituales.
La opinión popularmente generalizada es que el Día del Perdón es de mayor severidad que el día de Shabat. Por este motivo, paradójicamente hay quienes en su ignorancia, profanan Shabat, pero ayunan en el Día del Perdón y asisten a la sinagoga. Están gravemente errados, puesto que, realmente Shabat es más severo que el Día del Perdón, como lo demuestra el hecho de que la Torá prescribe para quien profana el Shabat, advertido por testigos presenciales, la pena capital por lapidamiento -sekilá-, en tanto que quien profana el Día del Perdón es punido por los Cielos sólo con la aniquilación del alma -Karet-. Si bien dicho castigo es muy severo, porque su alma se desconecta completamente del Mundo Venidero, de todos modos, el hecho que no sea condenado a muerte refleja que su culpabilidad es menor.
La diferencia entre ambos días sagrados, radica en que Shabat es una señal del Pacto con D' y es uno de los pilares de la fe judía, mientras que la santidad del Día del Perdón es paralela a la de los demás días festivos, siendo su contenido la expiación de nuestras transgresiones. En efecto, la idea del Shabat es completamente distinta a la del Día del Perdón.
En el Día del Perdón, se ayuna y se abstiene de todo placer físico. Está prohibido comer o beber y nos congregamos en la sinagoga rezando y suplicándole a D' que decrete un buen año. Cada uno se arrepiente por haber perseguido los placeres mundanos y haber desdeñado su crecimiento espiritual. Mientras que Shabat es todo lo opuesto. Rige el precepto de deleitarse con manjares, está prohibido preocuparse e incluso pensar en asuntos que puedan entristecer, se debe santificar el mundo material, porque el propósito de este día es que lo mundano sea utilizado para crecer espiritualmente. Por tal motivo se santifica al Shabat por medio del Kidush sobre el vino, al cumplir el precepto de comer y beber cumplimos la Voluntad Divina. En resumen, en este día transformamos lo material en espiritual, lo cual nos incita a que también durante los demás días de la semana utilicemos a este mundo como medio para servir a D' y convertimos al mundo terrenal en mundo espiritual. En el Tratado de Avodá Zará (3a) se enseña que en el futuro, cuando los demás pueblos soliciten recompensa equivalente a la del Pueblo de Israel, D' les dirá: "Quien se esforzó en la víspera de Shabat, comerá en Shabat y quien no se esforzó en la víspera de Shabat, ¿qué comerá en Shabat?"
"Los preparativos para Shabat" es una metáfora para expresar que hay que prepararse para la vida en el Mundo Venidero. Quien en vida no dedicó horas al estudio de la Torá ni al cumplimiento de los preceptos, cuando llegue al Mundo Venidero se percatará de que desperdició toda su vida en vanidades. Entonces suplicará que le den la oportunidad de bajar nuevamente a este mundo, pero ya será demasiado tarde. Pero quien se esforzó en el estudio del Torá y se esforzó en cumplir los preceptos, descubrirá que atesoró una riqueza espiritual, bienes eternos. Si meditamos acerca de este principio, mereceremos una gran bendición tanto en este mundo como en el Venidero.En el Tratado de Shabat (88b) se relata:
Cuando Moshé subió a las Alturas, exclamaron los entes celestiales ante D': ¡Amo del Universo! ¿Qué hace un ser humano entre nosotros?
Les respondió: Vino a recibir la Torá.
Le replicaron: "¿Acaso Tu tesoro preciado, que se mantuvo oculto en las novecientas setenta y cuatro generaciones previas a la Creación del Mundo, Te dispones a entregarlo a un ser humano?
Le dijo D' a Moshé: ¡Contéstales!... Les increpó Moshé: "Recuerda al día de Shabat para santificarlo", ¿Acaso ustedes realizan faenas de las cuales necesiten descansar?...
Podemos inferir de aquí que, Moshé Rabeinu les insinuó, puesto que el propósito de observar Shabat es santificar la materia y las labores de los días hábiles, siendo que los entes celestiales no tienen ninguna relación con el mundo físico y sus labores, no tienen ninguna relación con el Shabat. Serán entonces precisamente los seres humanos, el pueblo de Israel, quienes por medio del cumplimiento del Shabat se santificarían y se harían aptos para recibir la Torá.
El Rambam (Hiljot Shabat 24:12-13) explica el motivo de la prohibición de Muktze: "Nuestros Sabios prohibieron trasladar algunos objetos en Shabat como se hace en los días hábiles, ¿por qué lo prohibieron? Para que no sea como un día hábil y no vaya a levantar o arreglar utensilios de una esquina a otra, etc. ya que está desocupado, sentado en su casa procurándose algo para ocuparse, resulta que no descansó, sino que, anuló el motivo escrito en la Torá: "para que descanse…". Además siendo que parte del pueblo no tiene profesión y nunca trabaja…, si estuviese permitido ir, hablar y trasladar objetos como en los demás días de la semana, entonces no se notaría que descansó en Shabat". Es decir, las leyes de Muktze fueron fijadas para fortalecer la sensación de descanso y cese de labores.
En el Tratado de Beitzá (16a) leemos que en Shabat cada judío recibe una alma extra -neshamáieterá-, pero sólo quien se prepara para recibirla, percibe su presencia. ¿A qué se compara?, a quien encargó a un sastre que le confeccionara un traje nuevo a medida. Cuando el traje nuevo llegó a sus manos, lo vistió en su casa, advirtiendo indignado que le quedaba estrecho. De inmediato, se dirigió al sastre quejándose. Éste le solicitó que vistiera nuevamente el traje en su presencia y comprendió que el problema radicaba en que el cliente había vestido el traje nuevo sobre su ropa diaria.
Análogamente, en Shabat la persona percibe al alma extra, siempre y cuando quite de encima todas sus vestimentas comunes, se santifique y purifique antes de la llegada del Shabat, abandonado las transgresiones y las malas costumbres que lo acompañaron durante los días hábiles.
Quien nunca experimentó la santidad del Shabat no es capaz de entender cuál es su propósito, ni entenderá el gran regalo otorgado por D'. En el Tratado de Shabat (119a) se relata que el césar Antoninos (Marco Antonio), cuando comió junto a Rabí en Shabat le dijo que saboreaba en los alimentos un gusto indecible que no pertenecía a este mundo. Le aclaró Rabí: "Disponemos de un condimento especial llamado "Shabat". Porque la santidad del Shabat influencia también a los alimentos mundanos y les da un sabor especial. También influye santidad a los demás días de la semana.
En el cumplimiento del Shabat aprendemos también un gran principio: Está prohibido ser esclavo del dinero, nuestro único Amo es D'. Cuando el Verdadero Patrón exige al judío que cese sus labores, así hará. Varios de entre los judíos que inmigraron al continente americano, tuvieron que enfrentarse a este temible desafío, aquellos que no supieron sobrellevarlo cortaron toda relación con la fe judía. En el transcurso de las generaciones, nuestro pueblo sufrió enormemente por el cumplimiento del Shabat. Grandes enemigos del pueblo de Israel, los griegos, los romanos, los inquisidores, los zares de Rusia, los comunistas, por mencionar a algunos, se propusieron anular el cumplimiento del Shabat y decretaron severos decretos. Los judíos entregaron sus vidas intransigentemente.
Lamentablemente, en la actualidad, numerosos judíos no han recibido una educación observante. Por tal motivo, no saben apreciar la importancia del Shabat y lo profanan. No obstante, no podemos compararlos con aquellos execrados por nuestros Sabios por haber profanado al Shabat públicamente, con todo lo que esto significa para la ley judía, porque estos contemporáneos están permanentemente sometidos a atender a los medios de comunicación de masas, que menosprecian la observancia de los preceptos. Por ello, se los considera como si desde pequeños hubiesen sido raptados por gentiles -tinokot shenishvú ben hagoim-. ¡Qué pena que pierdan el placer espiritual que se siente al cumplir los preceptos!
En el versículo está escrito: "Y cuidarán al Shabat", lo que significa que debemos hacer lo máximo posible por nuestro propio cumplimiento del Shabat y velar para que también los demás lo cumplan.
En el Tratado de Shabat leemos: "Si el Pueblo de Israel cumpliera dos Shabatot de acuerdo a la Ley Judía, serían redimidos del Exilio de inmediato", porque por el mérito del cumplimiento del Shabat, que es el propósito de la creación, vendrá la Redención y el mundo llegará a la perfección.
[1]
El domingo se llama “Día Primero”, el lunes “Día Segundo”, etc., hasta el viernes que se llama “Día Sexto”.


Comentarios